Ya todo estaba tramado
Salió Iballa a pasear con sus damas
Y al llegar al Guahedum señalado
Vino al conde que hacia su lado
Y se acercó con candor diciendo
¡Bella flor
Si no me quieres amar
Yo te mandaré matar
Sin piedad y con dolor!
Pedro que al acecho estaba como una fiera salió
Pedro que al acecho estaba como una fiera salió
El conde cuando lo vio la espada desenvainaba
El conde cuando lo vio la espada desenvainaba
Y al tiempo que la mostraba la sujetó con furor
Y al tiempo que la mostraba la sujetó con furor
¡Le dijo: Soy tu señor, me tienes que respetar!
¡Le dijo: Soy tu señor, me tienes que respetar!
¡Calla infame, has de pagar lo que le has hecho a mi amor!
¡Calla infame, has de pagar lo que le has hecho a mi amor!
Con gran ligereza su dardo tiró
Al conde le dio fuerte en la cabeza
Enseguida con presteza
La noticia se extendió
Por la isla y se silbó
Desde montaña a montaña
Dando cuenta de la hazaña
Que un hombre al conde mató
La condesa se enteró
Por medio de una criada
Gomera muy estimada
Que el silbo pronto entendió
De modo que la enteró
Sin que ellos supieran nada
A Gran Canaria mandó
Con prisa una carabela
Que navegó a toda vela
Con auxilios que pidió
Ella al punto se encerró en la Torre bien trancada
Al momento fue sitiada por multitud de gomeros
Los que se afanaban fieros por ver si la derribaban
¡Qué noches de sufrimiento
De amarguras y de tristezas
Se pasó nuestra condesa
Llorando su descontento
Vio aproximarse el momento
De la muerte ya cercana!
Se asomaba a la ventana
Por ver si el barco venía
Y con fervor le ofrecía
Oración a Santa Ana
Quiso la Virgen sagrada
Desde lo alto del cielo
Darle un poco de consuelo
A aquélla desconsolada
Un día con la mirada
Divisó las carabelas
Que con viento a toda vela
Venían como una bala
Y así entraron en la cala
Corrían como el que vuela