Señores, ni rengo ni manco
La mirada franca
Una pinta blanca
Bien lustrosa el anca, señores
Tranco, tranco, tranco
Cuando empieza a amanecer
Y aclarar el horizonte
Se comienza a divisar
El negro perfil del monte
Y ahí está el Cebollatí
Como un espejo de lindo
Y el lucero está temblando
Sobre las aguas del río
Mañanita, no te apures
Que el silencio está quietito
Y en la punta de los pastos
Está dormido el rocío
El verde oscuro del junco
Se hace negro en el bañao
Y el Juan grande anda en lo suyo
Pensativo y cabizbajo
La noche se hizo la ciega
Pero ha sentido remando
Y el río como un gran padre
Las soledades velando
Mañanita, no te apures
Que el silencio está quietito
Y en la punta de los pastos
Está dormido el rocío