En vano me decían
Que eras una ingrata
Que nunca has tenido corazón
Yo siempre tus locuras
Qué adoré
Ajeno de pensar
En tu traición
Tu risa prolongada y juvenil
Me hablaba de cariño pasional
Y en pago de un besito
Muy febril
Me dabas un caudal
Al fin ya ni te acuerdas
Del muchacho alegre
Que era tu risueño porvenir
Tendrás a otro galán
A quien besar
Gozando la delicia
De reír
Más luego
Cuando sepas comprender
Que allá tu juventud
No vuelve más
Buscando
Quien te venga a socorrer
Con penas lloraras