Cuando yo era un niño y llegabas en la noche
Sentía un miedo intenso, una inmensa agonía
Porque yo sabía que con tu llegada
A mi viejecita se le amargaba el día
No te estoy juzgando ni reprochando nada
Solo es que sufría al ver llevar mi madre porque tú la herías
Porque papacito, cuando tú bebías
Golpeabas mi madre con mucha crueldad y aún más cobardía
Pero fui creciendo y llegó aquel día
En que salí del cuarto papacito, en donde me escondía
Y siendo un muchacho sostuve tus manos
Y te saqué de casa como a un perro, te lo merecías
Ha pasado el tiempo, ahora soy un hombre
Y a pesar de todo lo vivido
Superarlo todo, yo he podido
Y hoy en la distancia, padre mío, ya no puedo odiarte
Pues llevo tu nombre y apellido
Y también soy sangre de tu sangre
Solo con tu ejemplo yo he aprendido
A no ser como tú
Cuido a mi familia
Adoro a mis hijos
Y soy un buen padre y no un borracho
Como lo fuiste tú