La voz de Charles Bradley ha evolucionado a lo largo de toda una vida trabajando como cocinero desde Maine hasta Alaska, antes de volver a instalarse en Brooklyn, la ciudad donde se crió y, finalmente, encontrar acomodo musical en Dunham. Uno de los pocos momentos felices que recuerda de una difícil infancia fue en 1962, cuando su hermana lo llevó a ver a James Brown al Apolo. La energía que le transmitió forjó una impresión duradera en aquel joven, que de vuelta a casa comenzó a...