Sobre el mar vagan miles de almas
Que al gritar, el eco despertó
Ancestral estruendo que en la orilla desgarró
Y mustia la dejó
Vacuidad errante de lacayos
Orbe azul que febo iluminó

Llorará hasta agotar la inmensa fuente de dolor
Que emana desde lo mas hondo de su corazón
Herido, que desangra y agoniza

Desde las entrañas del árido desierto
En la desolación
Tan inmersa en lo hondo de las arenas del mar
Ocultaba su ardid
Espuria y cruel, cual las úpires de la oscuridad
Envenenó su ser

Bajo el inmenso mundo de las aguas, tras los muros
Diez mil muertos yacen yerros
Esperando en las tinieblas negras, su cruel destino final

Ya su luz, marcará el camino
Con el calor, de sus manos erguidas
Protegerá, su débil figura angelical

Vagará en la desolación
Consorte eterno de tanta soledad
Con la oscurar tempestad
Y el fétido aroma mortal
Serafines danzan sobre la espuma del mar

Y el desierto arrancó
De lo profundo de su ser
La memoria, el llanto, el juicio y la razón

Inerte y fiel en la puesta del sol
Ahogará el llanto en su lecho nupcial

Desde las entrañas del árido desierto
En la desolación
Tan inmersa en lo hondo de las arenas del mar
Ocultaba su ardid
Cual las úpires de la oscuridad