La belleza de estética-estática que ha conseguido el revival de géneros como el shoegaze pero aplicados a una maraña tóxica de malas grabaciones, ejecuciones limitadas, voces recién levantadas de la siesta y un homenaje tan etéreo como eterno a las melodías simplistas, a los “uhs” pegadizos y a la brevedad como máxima elemental hacen de grupos como Tomorrows Tulips unos chicos que quizá no sean demasiado listos pero que, al menos en materia lo-fi, elevan redenciones y generan...