Ronnie Martin es uno de esos tipos inquietos que lejos de pasar las horas muertas mirando a las avutardas, ha preferido invertirlas en algo más productivo como es el caso de la música. El Conde Ronald Martin, como le gusta hacerse llamar, empezó a dar mal allá por los primeros 90 con Dance House Children y tras su disolución formó Rainbow Rider, Shepherd y el sello Plastiq Musiq, además, claro está, del proyecto cuyo disco ahora comento.
Joy Electric, desde el abandono en el 2002...