Toda una promesa del flamenco. La profesión le viene de lejos. Con cuatro años entonaba cantes de Levante, con siete grabó con el maestro de la guitarra Sabicas y a los dieciséis impactó a miles de personas en la ceremonia inaugural del Mundial de esquí de Sierra Nevada.
Su arte ha encandilado tanto a los flamencólogos más exigentes como a rockeros como Lenny Kravitz. Tiene genética para ello. Su padre, Enrique Morente, es uno de los mayores revolucionarios del cante y con él ha...