Celina y Reutilio: el nombre de esta pareja –nombre tan sonoro como un son montuno– terminó pronunciándose con musical respeto y entrañable afecto en todos los caneyes, en todos los patios, en todos los barrios de las Américas donde se dan cita los hombres y mujeres de cualquier condición para celebrar el ritual jubiloso del baile. Antes, Celina y Reutilio esposo. Luego, Celina y Reutilio hijo. Siempre, la voz hecha de bronce de Celina convocando a los espíritus de la música...